miércoles, 14 de febrero de 2007

LOS EDUKADORES Y LOS HOMBRES QUE NO CAMBIARÁN NUNCA




Hay películas que marcan, al igual que hay canciones que del impacto pueden llegar a ser un peligro para la integridad física. Recuerdo que la primera vez que oí a Kroke (Acordeón, contrabajo y Tomas Kuturba al violín. Mágicos, sublimes.), me pilló en el coche camino de casa, después de una pesada jornada de trabajo. Fue Trecet, ¿quién sino? el que pulsó el botón rojo; comenzó a sonar el violín y un in crechento embriagador se fue apoderando poco a poco de mí. Cuando la canción tomó el cariz de obra maestra, cuando se descubrió como una genialidad absoluta, cuando el ritmo era tal que mi corazón dejó de latir para pasar a rugir con una violencia vital totalmente inaudita, me di cuenta de que la recta se acababa, de que había que hacer algo, de que me la pegaba sin remedio. Estaba totalmente paralizado, la curva se acercaba implacablemente a una velocidad constante y mi mente era incapaz de atender a otra cosa que no fueran los acordes vertiginosos que esos músicos geniales lanzaban a mi línea de flotación. Por fortuna, mi cuerpo es una República Federal en la que cada parte hace lo que le place, y en el último instante a mis manos (sin permiso previo, ni falta que hacía) les dio por girar el volante a la izquierda, para librarme así de un oxtión considerable… ufff por los pelos!!

Con el cine, la experiencia es bastante más segura (amigo sofá, cuanto te debemos), pero no por ello menos impactante. El sábado pude disfrutar de uno de esos momentos, una película que te llega al alma, que te carga las pilas, que te sube la moral: “Los Edukadores” de
Hans Weingartner, manchego de toda la vida él, que está protagonizada por Daniel Brüm (este sí, “Good Bye Lenin”, “Salvador”) y otros tres desconocidos para nosotros, no tanto para el público germano, y que se salen por todos los lados. Supongo que la sensación que tuve al ver semejantes interpretaciones, fue similar a la que pueda tener un alemán la primera vez que ve actuar a Eduard Fernández, Eusebio Poncela (Seeeebio), Ana Fernández y demás; “¿y esta gente de donde ha salido?” te preguntas, “Pues resulta que llevan toda la vida”, y piensas; ¿cuantos sabores nuevos y maravillosos dejaremos de catar por culpa de la industria de los cojones?. En nuestro menú tenemos actores insípidos americanos (muy monos todos, para mí no tanto) hasta en la sopa, pero las delicatessens europeas no nos llegan sino con cuenta gotas. Una lástima?? Un insulto al buen gusto, mas bien.

“Los Edukadores” hace una apuesta formal arriesgada, si tomamos por arriesgado sacrificar recursos técnicos en pos de que el espectador se centre en el contenido de la historia. Al más puro estilo DOGMA 95 (nunca estaremos lo suficientemente agradecidos a esos locos daneses, que revolucionaron el cine contemporáneo a través de la castidad formal dentro de la creatividad absoluta) las cámaras en mano acompañan los pasos de los protagonistas, se elimina la luz artificial y se elige una cámara digital (no profesional) para rodar una gran parte de las secuencias (“make your self”, hazlo tu mismo, nos susurra el director al oído).

Vivimos tiempos oscuros, llenos de sombras siniestras (o chinescas como en Matrix) donde las conquistas sociales, conseguidas con la lucha, el sufrimiento y el sacrificio inagotable de las generaciones pasadas, están siendo liquidadas a un ritmo vertiginoso. El sistema capitalista, se ha convertido en un depredador voraz e insaciable, sin que haya ninguna fuerza capaz de contrarrestarlo y lo que es más grave; sin que haya una conciencia social que permita activar un foco de resistencia. La gente esta resignada ante los acontecimientos, narcotizada por la basura que descarga la televisión de su salón a diario (el enemigo en casa), sin valores que les permita discrepar, y lo más preocupante, sin unión, sin compañerismo, sin solidaridad. Fríos como el témpano, solos dentro del individualismo competitivo que propone el sistema como método de ínter actuación (“El método”, precisamente, es una película en la que Marcelo Piñeyro incide muy lúcidamente en ese tema), y lo que es más gracioso; dentro de un consumismo desaforado, fuente principal de placer en el capitalismo, que no nos convierte en más que en unos infelices, incapaces de llenar el vacío que hay en nuestro alma.

“Los Edukadores” ofrece un discurso agresivo, nada complaciente, directo a la conciencia, en el que no duda en llamar a cada uno por su nombre y en el que demuestra que el compañerismo (en este caso a través de la amistad sincera y sin reservas) es el manantial del que debe beber la RESISTENCIA, si quiere enfrentarse con una mínima probabilidad de éxito al Leviatán Capitalista. “El primer paso es ser libre, el segundo actuar. El primero lo puedes dar sólo, pero para el segundo necesitas aliados”, sentencia Jan en la película.

La película define claramente los polos desde donde se articulan los discursos ideológicos en la actualidad, por norma general. Por un lado, tres jóvenes, inteligentes, concienciados y con ganas de acción, que como al resto, no se le ofrecen mayores expectativas que su sumisión a las condiciones cada vez más asfixiantes que ofrece el sistema (si la peli fuera española la situación sería bastante más dramática; sin curro estable, con sueldos ridículos, sin posibilidad de acceder a una vivienda digna, sin futuro ninguno…). Y de otro lado un empresario-ejecutivo, que vive en una abundancia indecorosa dominada por un consumo de artículos de lujo desbordado, construido en base a unos beneficios personales desaforados, que no se sustentan sino a través del desequilibrio de la balanza del reparto de la riqueza nacional-mundial; lo que a muchos le falta, unos pocos lo despilfarran (el 80 % de la riqueza mundial en manos del 20 % de la población).

“Es como Matrix: una vez que lo ves no puedes vivir en él” reflexiona Jan. No estoy del todo de acuerdo, aunque lo respeto escrupulosamente, porque escrúpulos hay tener para soportar la realidad que nos ofrece la situación actual, pero considero que estar al margen, y por tanto autoexcluirse, no favorece sino el trabajo de marginación que se pretende hacia las líneas de oposición. Aún así, su coherencia y compromiso, infunden un halo de esperanza; no todo está perdido!! Todavía hay gente dispuesta a lucharla. Con el ánimo de desanimar y adormecer al pueblo, para así adoctrinar más fácilmente, y conseguir los objetivos marcados, se articula el discurso envenenado de “¿Para que organizarse y resistir? si ya se intentó antes y no se consiguió nada”, (que a mi me suena al “Cierra los ojos y disfruta” de los violadores). Nuestros compañeros responden con un contundente “la ideas buenas son las que perduran, y son las que debemos retomar”, usease; cojamos las grandes ideas, aprendamos de los errores, unámonos y volvamos a la carga…Sinceramente creo que el discurso más Humanista que se puede hacer a día de hoy, no es otro que el que se articuló hace más de dos siglos (viejas ideas, nuevas personas) allá por las tierras galas: “Liberté, Igualité y Fraternité” (expresado con una magnifica lucidez por Federico Luppi en “Lugares Comunes” de Adolfo Aristarain).

El enemigo, no es un ente abstracto sin forma, tiene nombre, tiene cara, y lo que es peor tiene un Estado a su servicio, que lo legitima y lo protege. Porque la realidad actual, por mucho que duela, es que las democracias occidentales están sometidas a los intereses comerciales de las grandes multinacionales, que determinan la política interior y exterior de los Estados y que de ninguna manera permitirán un cambio en el sistema de juego. Ejemplos sobran, pero posiblemente el más sangrante sea el de Venezuela, sometida continuamente a un acoso y derribo por parte de los países abanderados del liberalismo salvaje, aún a pesar de contar con un sistema democrático avalado por el mismísimo Jimmy Carter (ex presidente de EEUU), que no es ningún sospechoso de ser un marxista revolucionario. Y mientras el “Dictador” Chavez es elegido por el pueblo, asesinos contrastados como el Sr Obiang se pasean con todos los honores por las instituciones españolas, a cambio eso sí, de un suculento contrato para REPSOL IPF en Guinea Ecuatorial ¿Quién manda realmente en tu país?

El dinero protege al dinero, lo que genera una seguridad y una tranquilidad pasmosa entre la Clase pudiente, que les permite aislarse en su país de las mil maravillas y olvidarse así de las consecuencias que esa política de desigualdad provoca en el resto de la sociedad. Los personajes de “Los Edukadores”, nuestros héroes (que cojones), no están dispuestos a aceptar esa impunidad y sus acciones irán encaminadas a alterar esa tranquilidad, introduciéndose en sus casas, descolocando sus preciados y lujosos bienes y dejando bien claro con sus notas, que no son ladrones comunes, sino mucho más, agitadores de conciencias: “Vuestros años de opulencia, han llegado a su fin” reza una…

Del resto de la película, prefiero no hablar, mejor que la veáis, pero os puedo asegurar que sorprende muy gratamente. La trama es muy buena, las interpretaciones muy creíbles, el discurso muy sólido y el desenlace… el desenlace es lo mejor de todo. Como dije al principio y vuelvo a repetir al final, “Los Edukadores” es una película que te llega al alma, que te carga las pilas, que te sube la moral… que la disfrutéis!!!

Fustafio

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y AÑADIRÍA, UNA LECCIÓN DE AMISTAD EN SU SENTIDO MÁS PURO

Fustafio dijo...

No sé quien eres, porque el mierda de blogger este solo deja poner nombre si pones el correo, pero da igual, se agradece el comentario.

A mi también me llamó mucho la atención la lección de amistad que nos muestra en la película, porque solo desde la amistad más sincera y entregada se puede superar un palo tan enorme como el que se lleva el tronco, con lo peligroso que es el orgullo o el ego su respuesta es de 10.


Además en la peli está muy conseguido el momento de rabia y confusión, que en realidad es de desahogo. Se crea una tensión que te cagas, no sabes que va ha hacer y al final... plashhh redondo entre los dos... muy grande

un abrazote, espero más..