Ayer vi en Antena 3 (2 horas de peli, tres de sofá, aunque nada como el “Señor de los Anillos”: acampada en el salón) “El caso Bourne”, la sinopsis de la película de una página semi-oficial es:
Jasón Bourne (Matt Damon) es encontrado medio moribundo por la tripulación de un pesquero italiano, con dos balas en la espalda, un número de cuenta de un banco suizo y ningún recuerdo en su memoria. Tendrá que averiguar los secretos de su propia identidad descubriendo una verdad mortal: es un agente de élite del gobierno, un arma de 30 millones de dólares en la que sus antiguos jefes ya no pueden confiar, e intentan asesinar.
La peli dentro de su género no está nada mal (reposa bien, nada más acabar de verla hubiera dicho “no es lo peor que he visto”), tiene acción bien encajada y sin estridencias, un mínimo de intriga basada en un guión bien estructurado, sin apenas lagunas y con un argumento de pseudo espionaje con un final que aunque predecible queda bastante digno, y por supuesto un macizo y una tía buena, que aunque no son manjar para mi paladar, dan un toque sensual curioso.
Echadas las flores, entremos en las carencias, refritos y pegas que para mí, siempre para mí, tiene esta peli en particular y las películas de acción en general, con excepciones notables, off course.
La principal carencia del género, mal endémico, es que los personajes suelen ser como el encefalograma de Rocío Jurado; planos de solemnidad, sin matices, sin evolución interior según se van desarrollando los acontecimientos, sin contradicción alguna (que gusto mondeu, que claro lo tienen todo), dilemas simples, sin comeduras de tarro: buenos contra malos, blanco frente a negro… y el gris?? venga coño!! que esto es hollywood. Tengo que confesar que es uno de los lastres más pesados a la hora de decidirme por una película de este tipo, puede que venga de un trauma infantil, provocado por la ingesta indiscriminada de títulos protagonizados por infames iconos masculinos como John Wayne, Chuck Norris, Stallone y su puta madre en verso.
Cierto es, que en “El caso Bourne” no ocurre del todo lo antes denunciado, porque aunque la historia gira entre los buenos (mattias y la piba) los muy malos (el núcleo duro de la CIA) y el que pone el punto mediador (el jefe de la CIA que supuestamente no sabe nada pero es responsable del proyecto), nuestro amigo Jasón tiene una cierta evolución desde lo que es antes de despertar sin tener ni puta idea de quien es, hasta que se da cuenta de que es una asesino a sueldo del Gobierno Americano, y de que el temita no le mola un pelo (sibilina denuncia al terrorismo de Estado???). La lástima es que aunque el personaje evoluciona, la interpretación no mucho, pero en fin, es lo que hay, Matt Dammon da lo que da (igualito que Mortensen).
El guión ya he comentado antes que esta bien estructurado y que no tiene apenas lagunas, pero no pasa de ser correcto. No arriesga, no innova, no sorprende, es como un nuevo LP de los Rolling; esta bien, pero ya lo has oído mil veces. Digo esto porque los puntos más fuertes del guión son recursos ya utilizados en otras películas, con un éxito taquillero contrastado, que para eso estamos. Las dos películas de las que bebe, son dos cualquiera: The Boxer y The Matrix.
The Boxer es una pedazo de película (innegociable), guión redondo, con trasfondo político reflexivo, en el que la dignidad de Danny Flynn le eleva al estadio de HÉROE (sí, con mayúsculas). De las interpretaciones ni hablamos, Daniel Day-Lewis (menudo crack), que suele realizar un ejercicio de empatía espectacular con el personaje que interpreta, vuelve a no decepcionar a nadie. Las similitudes con “El caso Bourne”, son en cuanto al esquema argumental de la historia. Así, en la presentación, las dos historias empiezan desde un punto y aparte a una vida pasada oscura, de la cual quieren salir y de la que no les dejan; en una sale del talego con ganas de reconstruir su vida, en la otra estamos de amnesia, pero cuando descubre que es un asesino a sueldo, quiere dar un chinpum, al cual no están dispuestos a llegar en la CIA. El desarrollo de la trama es calcadita, joder tan calcadita que el que el actor que hace de punto de equilibrio entre los extremos (responsable de la CIA, que discrepa con el otro hijo de puta) es el mismo actor (Brian Cox: pedazo de crack too, que también sale en “Agenda Oculta” de Ken Loach. En las tres mismo perfil de mediador, pero no por ello menos admirable). Del final, y con el ánimo de no destripar no voy a hablar, pero el que ha visto la una que no espere sorpresas en la otra.
Uno de los mayores aciertos que tiene Matrix, que son muchos y variados, es la forma en que tiene Neo de aprender las técnicas de lucha; te conectan a un programa y en 2 minutos plasss “ya sé kun fú”, fácil, cómodo, aséptico, una gozada, no requiere ningún esfuerzo y eso hace que los espectadores base (es decir los niñatos de mierda, ignorantes como ellos solos), se metan en el papel iso facto, “yo también lo puedo hacer”, (nos ha jodido, no tiene mayor mérito, lo podrías hacer tú y mi tía Carola también. Un encanto por cierto). Sigo diciendo que es un acierto, una fórmula brillante, a mí también me gustaría poder hacer lo mismo, sobre todo en época de oposiciones, pero al final te das cuenta de que lo que vale es dejarse las horas muertas frente al papel. En “El caso Bourne” se utiliza el mismo esquema; te levantas por la mañana y de repente te das cuenta de que eres capaz de meter oxtias como panes, analizar el entorno en un segundo y medio y encima tienes un número de cuenta de un banco suizo en el que hay una pasta gansa… y todo, obviando el esfuerzo personal que supone conseguir esas cualidades. Una bomba!! Los bakalas babeando; “yo quiero ser como Jasón Bourne”, despierta Neo!!, que son las 6 y la hipoteca no se paga sola, y menos con lo que cobras (aterriza, piensa… sí, joder piensa!!).
El resumen; pues que la peli no esta mal, que se deja ver bastante bien, y que si sirve para que se vean las otras dos mencionadas, pues éxito rotundo. Aún así, sigo creyendo que hay películas de acción-aventuras mucho mejores, como: Alatriste (película fetiche, compleja, profunda, un retrato histórico nada edulcorado del imperio español y que se merece un comentario para ella sola), Master and Commander (Enorme, con una puesta en escena intrépida y con una intra-historia muy interesante sobre la amistad entre el capitán y el médico. La música gloriosa) y una que aunque no es de aventuras, si que recoge lo que para mi es un súper-héroe: “Los lunes al Sol” (sin palabras).
En cuanto a John Wayne solo comentar que el hombre vivió con la certeza de quien era su madre biológica, hecho que le conducía irremediablemente a plantearse la cuestión con respecto a su padre, Johny optaba, de manera instintiva, por echar una primitiva (por eso de la probabilidad de acierto….).
Fdo: Fustafio
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